viernes, 7 de febrero de 2014

Porsche P1: el primer Porsche regresa a casa

Fuente: http://www.autobild.es/

El Porsche P1, el primer automóvil construido y montado por Ferdinand Porsche, 'vuelve' a casa después de 116 años. Se trata de un vehículo eléctrico que se fabricó en 1898. Desde ahora se convierte en la joya más preciada del Museo Porsche, en Stuttgart (Alemania).
 El Porsche P1 –Egger-Lohner electric Vehicle, C.2 Phaeton model– fue el primer automóvil que construyó y montó Ferdinand Porsche en 1898, y ahora 'regresa' a casa, 116 años después. Un vehículo original, sin restaurar (estaba casi olvidado en un almacén desde 1902), que ha sido recuperado después de que su propietario, un austriaco, se pusiera en contacto con Wolfgang Porsche para vendérselo, y evitar así que terminara perdido en una colección particular. 
 El P1, del que sólo se fabricaron cuatro unidades, es el resultado de las ideas del joven Ferdinand Porsche, quien introdujo mejoras en el primer vehículo eléctrico de Lohner –un constructor de carruajes austriaco con el que empezó a trabjar el joven Porsche a finales del siglo XIX–, pues prefería una dirección con mangueta en el eje delantero y un motor eléctrico en la parte trasera del carruaje.
 El P1 circuló por primera vez por las calles de Viena (capital de Austria) el 26 de junio de 1898 como ‘vehículo eléctrico Egger-Lohner C.2’, aunque Ferdinand Porsche consolidó su autoría como constructor de una forma muy especial: en todos los componentes esenciales incluyó la abreviatura ‘P1’ (P de Porsche, número 1), que dio al vehículo eléctrico su nombre oficioso.
 El revolucionario Porsche P1 era un vehículo que se movía gracias a su motor eléctrico de 3 CV, que en periodos cortos podía ofrecer hasta 5. El propulsor eléctrico, situado en el eje trasero, pesaba 130 kilos y este Porsche alcanzaba una velocidad máxima de 35 km/h. Por cierto, tenía una autonomía máxima de 80 kilómetros –gracias a sus baterías de 500 kg–, una cifra más que sorprendente para la época de la que estamos hablando.
La velocidad de conducción del P1 se podía seleccionar mediante un controlador en 12 niveles, que incluían seis marchas hacia adelante  y dos hacia atrás, así como cuatro niveles de freno. En este sentido, hay que destacar que el P1 podía detenerse con un freno de cinta mecánico y con otro eléctrico, presionando el aro del volante y así interrumpir el flujo de corriente.

Primera carrera y victoria para el P1

 La primera prueba de fuego para el Porsche P1 tuvo lugar en septiembre de 1898 con motivo de la exposición internacional de vehículos a motor que tuvo lugar en Berlín. El 28 de ese mes se celebró una carrera de 40 kilómetros para vehículos eléctricos, la Berlín-Zehlendorf ida y vuelta (40 km). El señor Porsche llevó su P1 con tres pasajeros hasta la línea de meta y venció con una ventaja de 18 minutos sobre el segundo clasificado, además de imponerse en el apartado de ‘rentabilidad’ (la eficiencia actual). No era más que el principio de una larga y prolífica historia de éxitos.
 El P1 descansa en la entrada de la muestra de Porsche en Stuttgart, junto a la última criatura de Porsche: el 918 Spyder. Y desde este momento el P1 es la joya rodante más preciada del Museo Porsche, que este viernes 31 de enero de 2014 cumple su quinto aniversario, para el que se han organizado diferentes acciones como charlas sobre la movilidad eléctrica y un rally de eléctricos, así como certámenes de manualidades para los más pequeños. Más información en la página oficial del Museo Porsche.

http://www.porsche.com/museum/de/

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