Fuente: http://autoblog.com.ar/
Parafraseando a la famosa frase de Ferdinand Porsche, la prestigiosa revista alemana Focus escribió: “¿Qué tenés que hacer cuando no podés encontrar a tu auto ideal? Tenés que inventarlo vos mismo. Eso es lo que hicieron estos diseñadores de Argentina, con un resultado espectacular”.
De esta manera se inicia la nota que presenta a la interpretación argentina de un nuevo 928 GT: una relectura moderna del famoso Gran Turismo de Porsche.
El deportivo de Stuttgart nació en 1977, con la idea de reemplazar al 911. Tenía motor delantero, en lugar de trasero. Y una cabina más confortable y lujosa. No lo logró, pero permaneció como la opción más cara en la gama de Porsche hasta que dejó de fabricarse, en 1995.
Los diseñadores argentinos Juan Ignacio Guajardo y José Luis Varela, de Overtake Design, están convencidos de que Porsche debería relanzar el 928. Y así nació la historia que ellos mismos relatan a continuación, con imágenes y palabras.
Propuesta del Estudio de Overtake Design: Porsche 928
Cuando Porsche lanzó al mercado su modelo 928 lo hizo con la intención de reemplazar al 911. Esta es una historia muy conocida entre quienes siguen la historia de la marca alemana. También es sabido que no lograron reemplazar al viejo 911 aunque el 928 fuera un mejor producto.
Porsche siempre tuvo la idea de hacer un vehículo deportivo que sirviera para el día a día. Por ese motivo conservaron la configuración del todo atrás, para el 911, ya esta configuración les permitía reservar más espacio para las plazas traseras. Pequeña, sí, pero al menos servían para llevar niños o algo de equipaje. Cosa que muchos modelos de la competencia no ofrecían.
El 928 honraba aún más esta filosofía de Porsche, pero a pesar de todo eso no logro su objetivo como sucesor del 911.
Desde el éxito del Boxster, Porsche tuvo una nueva oportunidad de ofrecer productos diferentes a sus clientes. Esta vez, de manera exitosa. Al Boxster le siguió el Cayman y a este, sus más recientes modelos con mecánica delantera como sus SUV Cayenne y Macan. Y por supuesto su automóvil de cuatro puertas Panamera.
Esta vez, Porsche había aprendido de su experiencia. El 911 siempre presente. Pero ofreciendo otros productos, siempre con la misma filosofía de deportividad y funcionalidad.
Tal vez los más puristas resistan algunos modelos, pero lo cierto es que cada modelo nuevo resulta ser bien aceptado por el público.
Entonces, desde hace unos años, siempre flota en el aire la idea darle una nueva oportunidad al 928. Un excelente automóvil, que no tuvo el éxito esperado, quizá por cuestiones ajenas al producto.
Entonces, ¿como sería un 928 hoy? ¿Qué conservaría de aquél modelo, con tanto carácter en sus formas? ¿Qué adoptaría del ADN de toda la línea? ¿Cómo encajaría en la familia? ¿Sería un modelo de neto carácter deportivo? ¿Sería más un GT?
En este ejercicio de diseño, nos enfocamos en un auto sobrio. Tal vez un GT, con algunos rasgos de deportividad. Con plazas traseras habitables y tratando de brindarles confort. Por eso un rasgo característico del 928 original, como es su pilar B, nosotros lo reinterpretamos, llevándolo hacia la parte trasera, para mejorar la visibilidad de las plazas posteriores.
El verdadero pilar B desaparece para ofrecer ventanillas laterales sin marco. Logrando además, un volumen vidriado más fluido.
La saga del vehículo pretende homenajear a la brillante parte trasera del modelo original. En algunas propuestas, insinuando una línea descendente hacia atrás. Tomando ese elemento de su hermano, el 911.
La parte trasera dividida en tres planos es un elemento obligatorio de la receta original del 928.
El pilar flotante unido a un techo que nunca toma contacto con el resto de vehículo es una licencia que le da un toque de modernidad a este clásico. Y es a la vez un reflejo de lo que sucede con el pilar B que está bien unido al hombro del auto pero no toma contacto con la línea lateral del techo.
Pretendimos tomar también del modelo original, el tratamiento de la superficie del guardabarros delantero. Donde el juego de líneas le proporcionaba al 928 una combinación de superficies negativas en la parte superior del pasarruedas delantero.
Aquí, en la parte delantera, nos encontramos con un problema propio de la diferencia técnica y legal de los tiempos. Y son los faros escamoteables. Algo característico del modelo pero imposible de traer desde ese pasado a este presente. De todas formas quisimos llamar la atención sobre este elemento. El diseño de los faros de todas las propuestas recuerda a ese “viejo truco” del 928. Incluso, una de las propuestas se aleja bastante ofreciéndonos una especie de modelo Flat Nose.
Por lo demás, la receta se completa con secciones llenas, encuentros de superficies suaves y pasarruedas voluminosos.
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