Fuente:http://periodismodelmotor.com/
El Museo Porsche guarda uno de los prototipos del Porsche Panamera S que recorrió medio mundo durante la fase de pruebas. Totalmente camuflado, intentó ocultar su imagen final hasta su presentación oficial en el Salón de Shanghai de 2009.
“Se cometieron ciertos errores. Por ejemplo, el diseño podría ser mejor, al igual que ocurre con el interior”. Estas son las palabras que pronunció Matthias Müller durante la presentación del Cayenne e-hybrid en el Salón de París de 2014 y en las que hacía referencia a la primera generación del Porsche Panamera.
Fue Michael Mauer, responsable de diseño de la primera berlina de producción de Porsche, el que expresó: “Os daré la respuesta políticamente incorrecta”, y ésta fue: “Si preguntas a un diseñador, al hablar de la siguiente generación siempre te dirá que es la mejor”. Lo cierto es que el diseño del precursor no fue del agrado de la gran mayoría de los mortales y qué decir tiene que menos para los porschistas confesos.
Antes de su presentación en abril de 2009, la compañía de Stuttgart realizó numerosas pruebas por diferentes territorios. Los prototipos, que portaban pegatinas y cubiertas que tenían como función ocultar el diseño de este Gran Turismo de cuatro puertas y cuatro plazas, superaron el calor extremo del Valle de la Muerte (Death Valley), en Estados Unidos, y el frío polar de Escandinavia.
No destacaba por su diseño pero sí por la tecnología y el exclusivo equipamiento. El Porsche Panamera adoptaba cinco innovaciones que por primera vez ofrecía un modelo de alta gama: primer cambio de doble embrague (Doppelkupplung – PDK), sistema Start-Stop en combinación con una caja automática, amortiguación neumática con volumen adicional conectable en cada resorte, forma aerodinámica activa del alerón trasero extensible automáticamente con ángulo de inclinación ajustable y el primer paquete ‘Sport Chrono’, con el que pulsando un botón el motor, el chasis y la caja de cambios ofrecen una respuesta más deportiva.
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