El 919 Hybrid probablemente sea el coche que más cambia en el WEC respecto a la temprada pasada. Aerodinámicamente ya se ven cambios más que notables en el diseño del frontal y en el borde de ataque de los pasos de rueda traseros. Pero la auténtica revolución va por dentro.
Porsche sigue empleando un cuatro cilindros en uve alimentado por gasolina, con inyección directa y sobrealimentación por turbo como corazón mecánico del coche. Eroga "más de 500 caballos". Pero la novedad está en el apartado híbrido. El coche ha pasado de estar en la categoría de los 6 MJ de energía recuperable y aplicable por vuelta a los 8 MJ. Con esta modificación, el motor eléctrico del eje delantero (el 919 es tracción total, como el R18 e-tron) pasa a contar con 400 caballos, logrando que el Porsche tenga en total más de 900 caballos a su disposición.
Para recuperar energía, el coche recurre a un generador en el eje frontal que recupera energía cinética en las frenadas y a una turbina que genera electricidad a partir de la energía cinética de los gases de escape, pero que funciona de manera independiente del turbocompresor (no se usa un turbocompresor compuesto como los de Fórmula 1).
El año pasado el coche ya demostró una buena forma al final de la temporada, y con las lecciones de fiabilidad aprendidas el año pasado, será un rival a tener en cuenta para Le Mans.
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