Ferrari F40 vs Porsche 959, el duelo en Top Gear.
Fuente: http://www.diariomotor.comFerrari F40 y Porsche 959. Dos de los mejores superdeportivos de la historia cara a cara y tras el volante los chicos del divertido programa Top Gear. Pero retrocedamos 25 años atrás. Corría el año 1986 y Porsche presentaba el flamante Porsche 959, primero con objeto de competir en la categoría Grupo B de rallyes y más tarde como deportivo de calle para cumplir las exigencias de homologación de la FIA. Entonces se marcó el record de ser el deportivo de producción más rápido sobre la faz de la Tierra, con 317 km/h.
Pero adivinen qué. Un año después llegó Ferrari y presentó el que para muchos hoy en día sigue siendo el mejor superdeportivo de la historia, el Ferrari F40. A sus 90 años Enzo Ferrari estaba preocupado por la pérdida de la hegemonía del cavallino en la competición y como fabricante de superdeportivos. Su respuesta fue una máquina de motor central, tracción trasera, ingeniería de auténtico deportivo de circuito y turboalimentación. Con esta bestia Ferrari consiguió arrebatar el récord a Porsche alcanzando los 323 km/h.
Para entender de qué estamos hablando y la competitividad que existió entre la punta de lanza de Porsche y Ferrari a finales de los 80, basta dar un vistazo a las cifras y prestaciones de Ferrari F40 y Porsche 959.
Mientras Porsche siguió siendo fiel a su bóxer de seis cilindros, doblemente turboalimentado para homologar 444 CV con una cilindrada de únicamente 2.847 cm3, Ferrari dotó a su bestia de un V8 de sólo 2.936 cm3 que también gracias a la doble turboalimentación desbocaba 471 CV.
Pero lo mejor es que dejemos de hablar y contemplen el episodio de Top Gear y vean como a Richard Hammond y Jeremy Clarkson se les cae la baba con dos de los deportivos que probablemente habrán copado más póster de habitación de adolescentes y que hoy en día siguen siendo tan venerados como en 1987.
Como curiosidad y para concluir el Porsche 959 no recibió la homologación para circular por las carreteras de Estados Unidos hasta 1999. Por un lado se debía a la negativa de Porsche a proporcionar cuatro unidades del 959 a la NTHSA para realizar los correspondientes crash tests y por otro al incumplimiento de la normativa de emisiones vigente en aquella época. Para esto último Porsche realizó las correspondientes conversiones mediante un nuevo catalizador y una reprogramación de la centralita.
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