¿Por qué usar un sistema de tres turbos en un motor de seis cilindros? Una pregunta interesante, sin duda. El último 911 Turbo fue el primer coche de producción del planeta que hizo uso de turbinas de geometría variable en los turbos de su motor de gasolina. El objetivo de estas TGV era conseguir una respuesta más lineal del motor, evitando en parte el lag y consiguiendo una curva de par más plana, con menos "efecto turbo años setenta".
Pues bien, montar tres turbos viene a aplicar la misma solución, pero más desarrollada. Cuando en los años noventa se puso de moda hacer coches bi-turbo, en muchas ocasiones también era por esta misma razón: utilizar una turbina pequeña para la respuesta en baja, y una mayor para la respuesta en alta.
El nuevo sistema de Porsche buscaría una pequeña turbina colocada justo en la salida del colector de escape, donde se unen los colectores de las dos bancadas de cilindros, para conseguir una respuesta fuerte desde muy bajas vueltas, mientras que otros dos turbos mayores, los mismos del 911 Turbo actual, conservando su TGV, harían el trabajo "sucio" de dar potencia a altas vueltas.
Con todo esto e inyección directa, el nuevo 911 Turbo sería más eficiente, más potente y contaría con una respuesta todavía más refinada, de motor atmosférico de enorme cubicaje.
Estos datos han salido a la luz a través de unas patentes a las que ha accedido Autocar, que registran este tipo de dispositivo, y los chicos de la prensa británica dan por hecho que los veremos ya en este 911 Turbo, que por otro lado es poco menos que inminente, pues le esperamos para el Salón de París del próximo mes de septiembre.
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